¿Has reconocido tus saltos cuánticos de conciencia en tu vida?
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Los saltos de conciencia, son experiencias que te agrietan y te invitan a ver lo que no has visto en ti. Es pasar del punto A al C, sin haber transitado el punto B. Vivir un salto cuántico de conciencia es como romper la “cuarta pared” de una película, es salirte de tu propia escena y mirar esa otra realidad, ese espectador, que eres tú mismo, pero que aún no ves con claridad.
Recuerdo mi primer salto cuántico de conciencia, era tan solo una niña y mi madre me había regalado un libro.
Ese simple acto, me hizo tomar la dirección de aventurarme a conceptos, escenarios, y viajes y transitar a diferentes épocas sin salirme de la habitación, todo ello, me ayudó a formarme un pensamiento crítico de mí y de lo que me rodea.
Otro momento fue, cuando descubrí siendo adolescente al lado de una muchacha, el poder de contemplar un paisaje, de sentirme acompañada por ella, de ver la belleza del mundo en ese instante, y compartirla, fue realmente mágico.
También, cuándo asistí a terapia por primera vez di un salto, estaba tan asustada de sentirme lastimada, que durante la sesión fue claro para mí reconocer que podía estar segura al compartir y mostrar mis heridas, sin ser ridiculizada ni burlada.
Otro salto cuántico fue soltar mis propias relaciones tóxicas, al poner límites, recuperé la energía y avancé a pasos agigantados en mis proyectos.
Hay saltos de conciencia, que te llenan de gozo y otros muy dolorosos… pero estos brotes de conciencia son liberadores de lo viejo, de lo inorgánico y de ataduras que te han impedido crecer.
Acá te dejo cinco aprendizajes que me han dejado mis propios saltos de conciencia:
1. RECONOCER MI CREATIVIDAD ANTE LOS MOMENTOS DIFÍCILES. Cuándo miras tu fuerza creadora, y como a través de ella, puedes ejecutar acciones transformadoras para ti, reconoces tu potencial para afrontar las dificultades cotidianas.
2. SOLTAR RELACIONES TÓXICAS. Dejar relaciones que no te sirven, crea un vacío, permitiendo ser llenado por experiencias nuevas; ya que cada vez que sueltas, te das la oportunidad de enriquecerte con lo novedoso, y así ampliar tu conciencia.
3. IDENTIFICAR MI ESPACIO SEGURO. Comprender que existe un espacio de seguridad emocional para mí (ejemplo: un espacio terapéutico) fue una experiencia sanadora, ya que viví la contención que necesitaba para iniciar los cambios que añoraba en mi vida. ¿Cuáles han sido tus propios saltos de conciencia?
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